12 abril, 2010

Escenas...

Entre vidrios de sangre gritaba María pidiendo ayuda, ¡Porfavor qué alguien nos ayude, su hija estaba al lado llorando de dolor pues tenía un cristal encrustado en el brazo. A lo lejos se escucharon las sirenas de lo que parecía ser una ambulancia, Ayúdenme, de la calle, al instante, salió un joven de unos veintes, corrió al automovil, se quedó atonito por un momento y comenzó a intentar abrir la puerta, ¡Qué haces! ¡Estas loco!, el joven no escuchaba seguía trabajando con desesperación, No, a mí no, ve con mi niña; ¡Corre!, el joven se movía rápido...
El olor a gasolina empezaba a marearlo, la niña yacía inconsciente, María no sabía que hacer, el cuerpo de su hija parecía tan delicado. Las sirenas sonaban más y más. ¡María no te mueras!, la gente solo miraba aquel tertico escenario. El hombre tiró de la puerte con todas su fuerzas y tomó la niña en brazos, Regresaré por ti mamá, salió corriendo y cuando iba acurrucando a la niña en la acera, todos lo escucharon.
El coche estalló en mi pedazos, el grito de la gente no fue comparado con el de un hijo qué perdió a su madre...

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