
Hay que buscar doncellas, hay que buscar dragones entre sueños de verano, entre palabras del pasado.
Con una maquinista, bella, misteriosa y perpetua de la noche. Escondida entre sedas blancas y un polvo luminoso que sumergido en el cielo nocturno harán de la mente un útopico laberinto. Cincelando deseos, prejuicios, miedos y placer hasta el telón de la noche caer.
Por Israel López
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