08 agosto, 2010
Hipster! (parte 1)
Joaquin
Detrás de esos anteojos y la nube de humo mentolado que emana de su cigarro, mi padre lee intranquilo “Pedro Paramo”, su incomodidad proviene del saber que lo estoy observando.
—¿Se te ofrece algo?
Un consejo, pedí en mi mente. Me observa expectante a que le responda sin embargo vacilo por unos instantes y lo único que logro decir es…
—No, nada —vacilo y me doy la vuelta para salir de la habitación—. Estas ocupado.
Se escucha el cerrar del libro y unos cuantos pasos a mí.
—Sabes que solo interrumpen mi lectura vespertina por algo importante. Dime que necesitas.
Me observa con esa mirada de ¡Me dices ó me dices! Agregando que los nervios se estaban apoderando de mí ser. La desesperación de conseguir una respuesta a mi duda.
—Necesito un consejo… —vuelvo a vacilar, dos veces en una sola conversación, él odia los titubeos. Me lleva a su sillón esperando que acabe mi frase—… acerca de las chicas…
—¿Chicas? —se sonroja, significa q no sabe del tema ¡demonios!—. Pensé que ya habíamos tenido esta conversación, lo mejor es usar condón.
Ahora yo soy el avergonzado, el día que tuvimos esa charla no paraba de orinarme de la risa de toda palabra extraña que decía mi padre, claro con 9 años quien no se va a reír de palabras como pene-tración. Todo por decirle que mi compañera de natación María Conchita me había besado en la mejilla, pensé que me iba a enfermar. Me regañó por reírme del proceso de reproducción humano, tal vez también porque no supo manejar el tema. En fin.
—Si lo sé. Pero este consejo es más para tener novia sin sexo.
—¿Una relación en forma?
Toma sus anteojos y los limpia. ¡Cómo odio que haga eso! Más porque lo comenzó hacer al ver que Woody Allen lo hacía en sus películas. No entiendo porque usa lentes del tipo de Allen si no los necesita. Absorbe algo de tabaco y hace una pregunta:
—¿Qué chica te gusta?
—Se llama Marla, es de la universidad, llevo saliendo con ella por 6 meses… —parezco patético hablando con mi papá de relaciones serias, siendo que soy universitario, pero a mi papá debes hacerle un planteamiento complejo para preguntarle algo simple—… y verás no se que darle por estar juntos 6 meses.
Corte un poco la conversación, del como nos conocimos y eso por el exceso de detalles que él pide. Así que viene el minuto en silencio en el que busca una explicación en la cual cite uno de los autores de los miles y miles libros que ha leído. La respuesta:
—Ojala tu madre estuviera viva.
Traducción:
—No sé qué decir.
Mi madre murió cuando yo tenía siete, la atacó el cáncer de seno, fue silenciosa su enfermedad, sólo ella y mi padre supieron cuanto sufrió. Papá aun se recupera de la perdida entre su cinefilia y literatura sin embargo con o sin mamá era extraña su manera de educarnos a mi hermano y a mí. Mamá era digamos, la típica mamá. Amorosa, consejera, enfermera y todo lo que conlleva esa tarea. Papá por más que intentó no pudo llevar una rutina parecida a la de ella.
—Lo sé también la extraño, ella sabría que recomendarme. Gracias papá.
—Por nada.
No es ineficiente, es un buen padre a la manera extraña de esta familia. Y pensar que yo no tengo los problemas de mi hermano, quien sufre más con los consejos de papá.
Otro mes más. Ahora mi papá fuma tabaco cubano, lee Rayuela de atrás hacia delante. Yo de nuevo en el cuarto aguardando su inquietud.
—¿Qué se te ofrece Joaquín?
—Tuve sexo con mi chica ayer.
—Te sirvieron mis consejos
—Creo que sí.
—Bueno.
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Espero la segunda parte!!!!!
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