03 agosto, 2010

Las paredes azules


Era un hombre común, en las calles, en su casa, en su indeseable trabajo, se le notaba estresado y en ocasiones cansado de la vida, y es que esta no era exactamente su definición de felicidad, estaba siendo asfixiado por una realidad gris y monótona hasta la mas delgada fibra del pequeño cubículo en el que desganado se ganaba la vida, estaba atrapado en lo mundano e inflexible, pero lo que más le horrorizaba era la idea de caer en el infinito vacio de la indiferencia humana; había olvidado sus mas grandes pasiones y no recordaba la ultima vez que había sentido un amor inmenso, ni siquiera recordaba la inefable dicha de disfrutar el mas mínimo detalle de las irrelevantes nimiedades de su corazón.

Notaba esto sin inmutarse demasiado pero con la clara certeza de estar siendo absorbido al lado más obscuro del hombre, el conformismo, por lo que decidió hacer un intento por recuperar su vieja y apasionada personalidad y su aún más viejo amor: la pintura; salió de su trabajo, se despidió de esas personas que pasaban por sensaciones parecidas a las suyas y otras que ya estaban totalmente perdidas en esa vorágine de miseria voluntaria, a paso tranquilo caminó por las grises aceras, que parecen reflejar el alma de los transeúntes que las recorren cada día, como todo amante de los detalles no dejaba de ver a las personas ni los edificios, relacionándolos como la analogía perfecta, los edificios son la representación más exacta de la implacable y uniforme inmovilidad del espíritu. Se detuvo por un momento, tenía una extraña sensación en su interior casi como si algo estuviera despertando en el, siguió su camino y finalmente llego a su destino tomó el tranvía que lo llevaría a ese encuentro con su pasado, después de una parada para comprar pinturas llego a su casa emocionado y con el corazón latiendo incesantemente, su mente se nublo, su mundo se enmudeció su pincel se lleno de pintura azul, todo a su alrededor se torno azul, ahora recordaba cual es el color que despierta en el, extrañas emociones, como un loco plasmó esto en las paredes de su habitación, y entre palpitantes pinceladas terminó su obra, por fin su alma se sentía descansada y sosegada, satisfecho, con una larguísima sonrisa en el rostro y los ojos dilatados de felicidad se desplomó en el piso de su habitación, y en su ultimo aliento pudo ver por ultima vez la obra más significativa que podría haber hecho jamás, aquella que lo liberó de un mundo gris para morir en el lecho de un azulado cielo lleno de vida, aquella que vivirá por siempre expresando lo mas grandioso que un pintor puede esperar de si mismo… después de unas rápidas convulsiones el hombre murió apaciblemente, nunca se sabrá si su muerte fue causada por una sobredosis, o por haber impregnado hasta la ultima gota del color de su alma las paredes azules de su habitación.

2 comentarios:

  1. sin duda la maxima obra de un autor representa la maxima de su alma.
    jaja
    sta bueno, para mi una buena estructura, interesant y me gusto.
    felicidades escribes chingon

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  2. Me agrado, para mi expreso ese anhelo por la libertad y al mismo tiempo un temor tan grande que cualquiera puede llegar a sufrir, la monotonia...

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